Carta abierta al Sr. Fernández Galiano
Señor Fernández Galiano:
Leo el artículo publicado en la sección de Comunicación de El Mundo acerca de su intervención en uno de esos desayunos en los que se habla mucho y se resuelve poco y no puedo evitar una mezcla de estupor, hilaridad y cierto sonrojo ante reflexiones propias de alguien con poca vergüenza o pocas entendederas. Doy por hecho que sobre alguien que ostenta un cargo como el suyo no debería planear semejante duda, aunque cosas peores han visto estos ojos.
No voy a entrar a valorar esa idea suya de que en España sobran periódicos porque probablemente tenga usted razón. Sobran periódicos además de políticos, cargos públicos, mangantes, chorizos, mediocres en puestos relevantes y gilipollas integrales, pero ese es otro tema.
Es cierto, los españoles no son aficionados a leer la prensa. Este hecho no sólo es achacable a que la mayoría esté mucho más interesada en la farándula cutre que en que el rescate europeo a la banca española, por poner un pequeño ejemplo. Claro, que si el mismísimo presidente del Gobierno salió escopetado a Polonia para ver el partido de estreno de' La Roja' en la Eurocopa tras dar una rueda de prensa que daba penica... ya me dirá usted qué se puede esperar del resto de la gente que manda.
Lo más escandaloso, desde mi humilde punto de vista, es lavarse las manos, escurrir el bulto, eludir la responsabilidad y hablar de que la culpa de la crisis que atraviesan los medios de comunicación se debe o se ha visto agravada por una "opulencia mal administrada" del sector, a lo mal acostumbrados que están los editores ante "un crecimiento de dos dígitos" y a la inutilidad de competir en rotativas y distribución; estructuras y plataformas que habrá que compartir de cara al futuro. Como diría mi abuelo: para mear y no echar gota.
Perdone usted, Señor Fernández Galiano ¿de qué opulencia habla? ¿quién ha inaugurado y cerrado una televisión en tiempo récord con un gasto también récord? ¿quién ha tomado decisiones empresariales que merecerían figurar en el rincón del disparate? ¿quién ha administrado mal esa riqueza derivada del crecimiento de dos dígitos? ¿quién se ha empecinado en adquirir un edificio y reformarlo sin necesidad al tiempo que no tenía resuelto el destino y el uso de los inmuebles del resto del grupo? ¿quién compró una rotativa a la que se organizaban visitas como si fuera aquello Disneylandia? ¿quién dejó pasar la oportunidad de eliminar las desigualdades salariales con los redactores que en su día fueron contratados por la desaparecida Mundinteractivos cuando se vivía en esa opulencia de la que habla? ¿quién se ha negado a ver el avance imparable de internet y en lugar de apostar por la integración y la sinergia [palabras cuyo significado han pervertido a fuerza de usarlas rematadamente mal] ha fomentado el enfrentamiento y la división? ¿quién ha descuidado la obligación de gerenciar esta casa con criterio financiero y empresarial y lo ha hecho como si fuera un chiringuito de mala muerte? ¿quién, en resumen, se ha comportado como un nuevo rico?
Le voy a dar una pista a usted y a los de su clase: no hemos sido los trabajadores de Unidad Editorial. Nosotros hemos seguido dejándonos la piel en hacer productos de calidad a cambio de condiciones laborales cada vez peores mientras usted y los de su clase andaban de sarao en sarao con la pajarita puesta y haciéndose la foto.
La crisis de los medios de comunicación es previa a la general y su falta de visión, su prepotencia y su ineptitud, la de usted y los de su clase, nos han hundido en un hoyo mucho más profundo de lo que cabría esperar. Nosotros, los que hemos seguido haciendo buenos productos, hemos pagado los platos rotos de las constantes meteduras de pata y 'quijotadas' guiadas por no se sabe qué mente nublada.
A mí la vida me ha golpeado duramente; también en el plano económico. Cuando me resultaba difícil llenar la cesta de la compra no se me ocurría comprarme un bolso. He alargado la vida útil de la ropa de mi hija a base de costura básica y he aprendido a arreglar los electrodomésticos porque no podía llamar a un técnico... a usted y a los de su clase esto les puede parecer demagogia barata o 'estrategias de pobre', pero me siento muy orgullosa de haber salido adelante gracias a eso en lugar de comportarme como una palurda gastando y alardeando tener más que el vecino. Más nos hubiera valido que usted y los de su clase hubieran aplicado alguna de esas 'estrategias de pobre' en lugar de comportarse como caducos señoritos.
Al hilo de lo que usted plantea acerca de compartir plataformas y recursos de distribución... le digo que en los 15 años en la empresa jamás he escuchado a ningún compañero desear enfervorecidamente tener rotativa para no compartirla con nadie más y cantarle aquello del "chincha rabiña". No he escuchado a nadie presumir de tener red de distribución propia ni anhelar un edificio más molón que el de la competencia para restregarle la moqueta de colores por las narices.
Miren usted y los de su clase, los periodistas, los fotógrafos y plumillas que ponemos nuestros coches, cámaras, teléfonos, ordenadores y demás materiales a disposición de la empresa para hacer nuestro trabajo lo mejor posible no nos preocupamos de gilipolleces de ese calibre. Incluso ayudamos a colegas de otros medios cuando están en apuros o cuando necesitan algo para hacer mejor su trabajo. Es decir, señor Fernández Galiano, nosotros los periodistas de a pie ya sabíamos compartir antes de que a usted se le encendiera la bombilla.
Reconoce usted en su intervención que ha habido una "falta de racionalidad en la toma de muchas de nuestras decisiones porque seguramente pesaba mucho más nuestra arrogancia" y me sigue produciendo sonrojo y estupor que ante semejante confesión no apostille una disculpa ni piense en quiénes han sido las víctimas de ello: precisamente ninguno de los irracionales y los arrogantes.
Ya reflejaba mi querida colega Myriam López Blanco en un artículo publicado en 2000 en el suplemento Salud que según un estudio de la Universidad de Cornell hay muchos casos en los que los más ineptos son también los que menos habilidad tienen para reconocer su incapacidad. ¡Cuánto sentido cobran ahora estas conclusiones! Le recomiendo encarecidamente la lectura del artículo completo porque no tiene desperdicio y si no se ve reflejado aunque sea un poquito... sospeche.
Ya reflejaba mi querida colega Myriam López Blanco en un artículo publicado en 2000 en el suplemento Salud que según un estudio de la Universidad de Cornell hay muchos casos en los que los más ineptos son también los que menos habilidad tienen para reconocer su incapacidad. ¡Cuánto sentido cobran ahora estas conclusiones! Le recomiendo encarecidamente la lectura del artículo completo porque no tiene desperdicio y si no se ve reflejado aunque sea un poquito... sospeche.
Nadie duda de que hace falta una reestructuración y una búsqueda de modelo de negocio diferente, pero es sangrante que en este ERE que se ha llevado por delante a tantos profesionales de valía no haya ni un solo gestor de esos tan arrogantes que haya dado explicaciones, ni uno que haya rendido cuentas, ni uno que haya perdido su puesto de trabajo, ni siquiera uno al que se le haya echado un pequeño rapapolvo por ser un inepto con mayúsculas.
Más sangrante aún es que en todo este doloroso proceso nadie de los de su clase se haya dirigido a los trabajadores con un mínimo de humanidad, hayan dejado al comité de empresa en evidencia, hayan hecho filtraciones a los confidenciales y hayan disfrazado su intenciones con frases como 'reducir el universo mundo' (¿qué demonios significa eso, que van a cortar el planeta por la mitad?) y chorradas del estilo que serían para troncharse de risa si no fuera porque no tiene maldita la gracia.
Lo más sonrojante desde el punto de vista empresarial es que además de los despidos no se haya planteado ni una sola idea para hacer que este proyecto retome el rumbo que perdió hace tiempo y sea viable, aunque no crezca dos dígitos. Nada, el vacío, ni una sola directriz para tratar de ofrecer algo diferente, de calidad, algo que al lector le haga recuperar las ganas de leer ya sea en papel, en un iPad o haciendo el pino ¡qué más da! El periodismo ha de seguir vivo para seguir contando historias, independientemente de dónde se cuenten y a través de qué canal se lancen.
En su intervención del otro día sólo hay más de lo mismo, palabras rimbombantes y vacías y una falta de credibilidad total. Para los que hemos estudiado comunicación se trata del recurso más viejo del mundo para encubrir la falta de talento y de ideas: hablar mucho y farragoso para no decir nada. Es una manera como cualquier otra de tomarle el pelo al personal.
En su intervención del otro día sólo hay más de lo mismo, palabras rimbombantes y vacías y una falta de credibilidad total. Para los que hemos estudiado comunicación se trata del recurso más viejo del mundo para encubrir la falta de talento y de ideas: hablar mucho y farragoso para no decir nada. Es una manera como cualquier otra de tomarle el pelo al personal.
Soy periodista, estoy especializada en Salud y Medicina y de eso es de lo que sé. De gestión empresarial no tengo ni idea, pero como veo que usted y los de su clase tampoco, me voy a permitir darles un pequeño consejo: el próximo fichaje estrella que hagan, por favor, que sea un ama de casa. Nosotras no nos gastamos lo que no tenemos y administramos nuestros bienes con racionalidad y sin arrogancia. Además, tampoco nos importa compartir ni las plataformas ni nada, le damos sal a la vecina y procuramos que todos nuestros hijos sean iguales. Si tenemos que usar los mismos zapatos durante varias temporadas lo hacemos, compramos en los 'outlet' para ir tan monas y hacemos unos guisos riquísimos con cuatro cosillas de la nevera, que no hace falta irse a Lhardy. Y es así.
Alejandra Rodríguez
Periodista especializada en Salud y Medicina desde hace 18 años.
*Nota: No estoy resentida, ni triste ni enfadada. Tampoco tengo la regla y mi vida sexual es plenamente satisfactoria y muy variada. Así que búsquense otra excusa para justificar esta parrafada, amplíen su universo mundo y sonrían, que es gratis.
Marujaacelerada... echaba muchísimo de menos uno de tus sapientísimos "por los clavos de Cristo!!". Podría reír por la agudeza de tu acertada crítica, si no fuera porque la risa sería amarga. Porque, por desgracia, ineptos hay desde la poltrona de La Moncloa o el trono de La Zarzuela, hasta las direcciones de periódicos o de televisiones, pasando por los consejos de administración de bancos. La política de recorte (ese amargo trago que se ha convertido en el pan de cada día de demasiados), siempre se aplica de igual manera y afecta a los mismos: a los trabajadores, a la sufrida clase media que corre el riesgo de desaparecer. El colofón, brillante: si las amas de casa (porque yo me considero una, y a mucha honra) tocáramos un poquito de poder, otro gallo nos cantaría. Pero es más fácil cortar la cuerda por el lado más débil aunque, quizá algún día los que tienen las tijeras, se den cuenta de que todos estamos al mismo lado del cabo.
ResponderEliminarSiempre he llevado muy a gala lo de ser ama de casa. De hecho el blog se llamó así en un principio... y aunque ahora no puede faltar. Mi ¡por los clavos de Cristo! es más necesario que nunca ante lo que tienen que ver estos ojos. ¡Besos mil!
EliminarMira, hija, la parrafada te ha salido magistral. No comparto la problemática que te afecta, mi vida profesional transita por otros derroteros, pero muchas de las reflexiones que haces son extrapolables a otros ámbitos. Arrogantes-gilipollas y gilipollas-arrogantes los hay a patadas en este perro mundo.Y el alegato a favor de las sufridas y valiosas amas de casa me ha llegado al alma. Yo también me considero "malabarista de los recursos domésticos", y tengo máster en "prolongación de la vida útil de enseres a primera vista caducos y/u obsoletos", por la universidad de Yale (ya le gustaría que lo cambiase por uno nuevo...). Chica, que me encantaría tomar un café contigo, que he notado buenas vibraciones. Enhorabuena por esa pluma de oro. Besitos, Maribel.
ResponderEliminarMaribel, encantada de saludarte. Efectivamente, la mayoría de lo que digo se puede extrapolar a otros campos profesionales, por desgracia. No obstante, no me resigno a escuchar siempre las mismas excusas y los mismos discursos vacíos. Este desahogo me sirve al menos para comprobar que hay otras marujas aceleradas como yo... por cierto, a cuenta de ese café se me está ocurriendo hacer una cumbre marujil, que al final somos muchas! Besos!
EliminarAlejandra, te dejo un enlace, que yo también tengo blog. Esa cumbre marujil, de celebrarse, sería todo un acontecimiento. ¡Me apunto!
ResponderEliminarhttp://maribelandia.blogspot.com.es/2012/06/confesiones-mi-teclado.html
Te sigo!
EliminarGenial,enhorabuena. Un saludo
ResponderEliminarGracias, de verdad. :)
EliminarEsto sí que es la verdad, eso sí que es un auténtico reflejo de la realidad que nos ha llevado a la miseria. Difícilmente se podía explicar mejor el porqué de esta crisis.
ResponderEliminarFelicidades!!!!!!
Joan
Gracias Joan, aunque yo hablo de lo que conozco me temo que, efectivamente, lo mismo se puede extrapolar a otras áreas. Una pena. :)
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