Al señor cobrador
Carta abierta al señor que tan amablemente me amenaza por enésima vez con mandarme a los tribunales a cuenta de una deuda que no existe.
Estimado Sr. Monge:
Le informo que debido a su desinterés y manifiesta
incompetencia por regularizar la relación contractual y la supuesta deuda que
me une con su cliente France Telecom España S.A y que a día de hoy asciende a
la cantidad de 72.60 euros, voy a trasladar su expediente a mi departamento
jurídico para iniciar la vía judicial. Es decir, voy a hacer exactamente lo
mismo que ustedes, pero al revés.
Una vez obtenida sentencia a mi favor (es genial que ya den
por hecho que van a sentenciar a su favor, así que yo también me inyecto esta
dosis de autoestima), solicitaré el total embargo de sus bienes e ingresos (los
de France Telecom, los de Intrium Justitia y los suyos personales, ya de paso)
más un 50% añadido en concepto de intereses legales, costas judiciales y daños
y perjuicios en mi desempeño profesional causados por su cliente derivados de
las deficiencias de su servicio (vale, de acuerdo, ustedes proponen un 30% de
recargo, pero es que me he venido arriba).
Por otro lado, estudiaré junto con mi departamento jurídico
la posibilidad de demandarles por malos modales, acoso telefónico y postal, así
como por daños morales derivados de su trato vejatorio; esto puede parecerle
una pijada, pero es que una (yo) ha estudiado en muy buenos colegios y ha
recibido una educación familiar en la que sus modos y maneras no están bien
vistos.
A fin de desistir en dicho traslado, le requiero para que
proceda a liquidar la deuda que estimo en 5.800 euros en un plazo improrrogable
de dos días (he redondeado un poco con el cálculo, no se lo tome a mal).
Si precisa alguna aclaración más sobre este proceso, mejor
no se ponga en contacto conmigo porque le va a dar igual.
Madrid a 18 de mayo de 2015
Alejandra Rodríguez
Periodista y Maruja polivalente
Periodista y Maruja polivalente
PD. Le ruego traslade a su departamento de ortografía mi
ruego de respetar las reglas del español; las tildes cuentan como falta de
ortografía y las comas se inventaron para hacer pausar normales de lectura, no
para atragantar a un potencial lector. De lo contrario igual le planteo a mi
departamento jurídico la posibilidad de demandarles por daño retiniano
irreversible. Y ya sabe, en cuanto obtenga sentencia a mi favor solicito el
embargo de sus bienes y me quedo más ancha que larga.
Sin otro particular, me despido atentamente que tengo que
trabajar y tender una lavadora.
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